domingo, 4 de abril de 2010

El trébol de 4 hojas

He pasado unas vacaciones fantásticas en Galicia. Descanso, buenas comidas y sobre todo, he disfrutado muchísimo con el paisaje: tantos verdes brillantes, el azul prusia del agua del mar, las gotas de rocío, el canto de los pájaros, el silencio de los bosques de eucalipto, las panorámicas desde las cimas de los montes. Me he reído mucho y he disfrutado de la compañía de Neru, de Marta y los dos Marios.

Dicen que la suerte y la fortuna no se encuentran sino que se buscan proactivamente y por eso se encuentran. LLevaba mucho tiempo buscando un trébol de 4 hojas. Cada vez que veía una mata de tréboles, miraba. El sábado, en el cabo Udra, cogiendo tréboles para hacer una composición con una hoja de más, mira por donde que me encontré un trébol real de 4 hojas. Lo he metido en un hermoso libro que me han regalado, el primer tratado antiguo sobre pintura. Ayer lo miré y brillaba, tiene como restos de cuarzo o conchas trituradas muy finas, en polvo, que le dan luz y un brillo mágico.

3 comentarios:

Lola dijo...

Qué bien!!! Eso es un buen augurio! Los tréboles de 4 hojas, son como los buenos amigos. Hay que cuidarlos y valorarlos porque los hay uno en un millón.
Lo bien que has hecho al guardarlo en ese libro. Ahí estará bien resguardado.
Un beso fueguino, y te sigo de cerca, amiga!

Carlos dijo...

Cuida de tu trébol, a partir de ahora, tu vida será maravillosa. :)

Juana dijo...

¡Qué alegría tener vuestras visitas y vuestras palabras!. Estoy emocionada...