martes, 22 de junio de 2010

La palabra: una forma de energía vital


Sin duda, la palabra es una forma de energía vital. Las palabras traducen y sacan al mundo exterior nuestros pensamientos y emociones. Las palabras nos conectan a los demás, tienden puentes entre nuestro yo y lo demás. Las palabras que nos dedicamos a nosotros mismos son motores potentes de nuestras acciones, de nuestros sueños y de nuestras metas. Por ello, escribir es energético. Incluso las palabras no dichas tienen un efecto. Alguien dijo que lo que el corazón quiere la mente lo muestra. y yo añadiría que las palabras lo hacen tangible. Por ello , es tan importante, "pintar palabras", tomar la palabra, regalar la palabra.

martes, 15 de junio de 2010

Continua el relato: "Convertir el sufrimiento en posibilidad"


Al día siguiente seguías viva, y al siguiente… medio en coma seguías luchando por la vida y seguías regalándonos momentos de presencia. Me duele mucho recordar con qué ansias pedías y bebías agua, cómo te comías los fash, qué ansía… qué sed debías tener para comerte algo tan dulce que nunca te gustó.

Mi obsesión era que murieras arropada, acompañada, acogida, sostenida y acariciada. Por eso, las últimas noches, no me acosté, me quedé en el sillón, con la cabeza sobre tu cama y cogiéndote la mano. Si pasaba cuando dormía, al menos te irías cogida de mi mano. Estaba segura de que te acercarías a la muerte tranquila con mi mano… y al otro lado del puente… te soltarías de mi mano y te darían la mano otras personas de la otra orilla, por ejemplo, la abuela que no conocimos, que también murió joven y que te dio el nombre que llevas.

Me sorprendió mucho el llanto de Lino. Estaba conmocionado. Lo que vivimos con él, para él fue un signo en su vida. Me contó lo que le dijo papá llorando. Ostras, sus palabras de hombre sencillo y humilde eran las de un santo o un gran hombre. Resulta que llevo 41 años viviendo y descubro en estos momentos de dolor que tengo una familia muy grande, fantástica, única, singular… Resulta que es verdad eso de que en la sencillez está la santidad.

lunes, 7 de junio de 2010

Últimamente


Últimamente mo me queda tiempo ni para escribir. Mi trabajo normalmente me ocupa la mayor parte de mi día, pero últimamente estoy peor, si cabe. Tengo menos tiempo para todo. Tengo la sensación de hacer las cosas a medias, siempre corriendo, agotando los plazos al final. Y sobre todo tengo la insatisfacción de no poder hacer tareas activas, esas que mueven, cambian y mejoran las cosas. Hago lo reactivo. Por ello, últimamente no me encuentro satisfecha con mi trabajo. Mi motor de motivos suele ser intrínseco, el trabajo bien hecho. Y en estos últimos meses, ni siquiera obtengo este feedback interno que me rearma cada día.

En fín, espero que se pase esta racha.