jueves, 8 de abril de 2010

Llega el fin de semana


Esta semana ha sido dura. Sobre todo por los conflictos laborales. Es difícil decir a otro que no ha hecho bien algo. Se rompe el principio de la complacencia, que nos han enseñado culturalmente. En estos momentos es donde más se siente la soledad del liderazgo. A todos nos gusta que nos digan que lo hemos hecho bien. No agradecemos que otros nos hagan de espejo y nos den un bucle de retroalimentación para la vida.

Sé que esto es también parte de mi trabajo y seguiré haciéndolo, asumiendo su coste emocional. Porque lo peor que le puede pasar a una persona es que los demás dejen de decirle lo que puede mejorar. Si eso sucede, es que le han considerado un caso perdido. Cuando un entrenador exige a sus entrenados mucho y es duro con ellos cuando se necesita, en el fondo, también les estás diciendo: "me importáis, confío en vuestras posibilidades, podéis sacar mejores cosas de vosotros mismos".

1 comentario:

Lola dijo...

Muy cierto todo lo que decís sobre ese feedback genuino que debería haber entre conductor y conducido. Coincido plenamente.

Aunque tarde porque ya pasó, deseo hayas tenido un magnífico fin de semana!

Un beso sureño.