jueves, 24 de febrero de 2011

cómo pudo alguien


Libby Roderick dijo: “Cómo pudo alguien alguna vez decirte que eras menos que bello. Cómo pudo alguien alguna vez decirte que eras menos que perfecto. Cómo pudo alguien no darse cuenta de que tu amor es un milagro. Cuán profundamente conectado estás a mi alma” . Dudo de si alguien está profundamente conectado a mi alma. Todos los días me levanto y salgo al mundo a buscar amor, afecto y cariño. Intento dar eso que necesito.

Nuestros comportamientos a veces esconden nuestra grandeza interior y todo porque no nos atrevemos a mostrar nuestra luz: quiénes somos en nuestro corazón. Llevar la luz a nuestros comportamientos es honrar la belleza del universo, ser fieles a nuestra alma y ofrecerle al mundo la posibilidad de sanar a través de contribuir a que este planeta sea un lugar mejor, donde poder vivir en paz y en armonía.

Mostar nuestra luz hace que los demás vean más sombra de nosotros. No existe la sombra si no existe la luz. Cuanto más potente es la luz, más potente es la sombra.

Yo no puedo vivir en la oscuridad, necesito la luz.

Opciones: dejar de ser rescatadora, es decir, dejar de solucionar los problemas de los demás, dejar de “sacarles las castañas del fuego”. En su lugar, atreverme a que me quieran por mí misma y no por lo que haga por los demás. Dejar de hacer. Como dice Antonio Gala, dejaré de ser amante para ser amada.

Me comprometo a no traicionar mi luz.

lunes, 31 de enero de 2011

Por qué uno escribe


Supongo que cada uno escribe por una razón distinta. Me atrevería a decir que incluso uno escribe por muchas razones distintas. Llevo algunos meses sin hacerlo. Sin escribir. Llevo un año y medio sin pintar. Supongo que tengo mis razones. No estoy bien. Por eso quizá no puedo coger un pincel en condiciones y crear algo o expresar algo. Demasiadas cosas no resueltas. Simplemente escondidas. ¿Dónde?. No sé ni dónde las he escondido tan siquiera.

Necesitaba esconderlas para seguir dando pasos, el paso de levantarme cada mañana y volver a caminar, a continuar el camino. Ese camino en busca de propósito, en busca del sentido de mi existencia. Quizá algún día encuentre lo que busco: respuestas y verdades.

Vuelvo al inicio. ¿Por qué escribo?. Pienso que puede ser algo sencillo: la necesidad de que alguien lo lea. Si no fuera así, lo escribiría en un diario secreto y nadie nunca jamás lo vería. O lo escribiría en un papel y al terminar, con una cerilla, haría que se esfumara. Es una necesidad de "para otro". Para compartir, para sentirse entendida, para sentirse importante...

Hoy he estado pensando y mirando para atrás. He visto que he ido perdiendo esa buena costumbre de contar a alguien las cosas de otro nivel. Cuando era adolescente y joven lo hacía más a menudo. Contarle a alguien cómo estaba, cómo me sentía, qué anhelaba, qué me dolía, que me alegraba. Observo que cada vez lo hago menos. Cada vez cuento menos qué soy y cómo siento. Me descubro menos, escondo más mis luces y sombras, muestro menos mi luz.

Reinicio de nuevo esta actividad. Ahora la razón que me mueve es que necesito desahogo. Trato de deshacer ese nudo que tengo dentro, que llevo anudando desde hace muchos meses, quizá años. Ese nudo que cada vez me quita más el aire vital, que me deja sin ganas, sin fuerza, sin ánimo.

Retomo la escritura. Quizá necesite más tiempo para pintar. Empecé el lunes pasado, pero soy capaz de continuar.