martes, 16 de marzo de 2010

Continua el relato: "Convertir el sufrimiento en posibilidad"


Me duele mucho recordar los últimos meses. Hemos sufrido mucho, especialmente tú; y los que te queremos, contigo. Como de libro, ya lo decía Elisabeth Kulbler-Ross, pasaste por todas las fases hasta la aceptación, una aceptación proactiva, manteniendo y cuidando la esperanza. Idas y venidas al hospital, venidas e idas a las urgencias para las paracentesis. Yo, al final, estaba rota de cansancio. Tantos viajes, de casa, al hospital, a Alcorcón, al trabajo, al hospital, a casa……

He pasado contigo las últimas noches, en la penumbra tensa y agitada del hospital. Mirabas cómo cenaba la fruta, con ansia, ya que tú no podías hacerlo… recordando lo que era comer con ganas… alentándome a comer y a apreciar lo que es poder disfrutar de comer; como todo, hasta que no se pierde no conocemos su verdadero valor.

He velado tu respiración, he estado atenta a tus movimientos. Cuando llegaba el día, te daba un beso y me iba a trabajar. El final ha sido de una intensidad que todavía no he podido digerir. Tantos años preparándome y me pilló desprevenida. Esa noche del 20 de noviembre, cuando fui testigo único de tus últimos balbuceos y movimientos agitados antes de entrar en coma. Ahí te perdimos… aunque recobraras la conciencia a ratitos, fue como el principio del fin. De hecho lloramos mucho ese día, haciendo un duelo claramente anticipado.

No hay comentarios: