perdida en el ciberespacio

Ayer tarde, mientras hacía deporte, pensaba que cuando decides abrir un blog, en el fondo esperas que alguien, en el infinito del universo, encuentre tu página y responda. Las probabilidades son mínimas dada la inmensidad de este espacio virtual. En el cielo, entre millones y millones de estrellas, los encuentros por azar son impensables. Ya hice la prueba. Un día se me ocurrió crear una presentación power point, de éstas que todos intercambiamos, con mensaje, para explorar y ver si después de emitirla entre un grupo numeroso de contactos, alguién me la reenviaba tiempo despúes. Nunca ocurrió.