Sin duda el tiempo corre veloz, tanto, que su efecto se va notando en nuestro físico día a día. Pero nosotros no somos conscientes. Es como si el alma y la mente no se dejasen arrastrar por su paso. El alma y la mente parecen siempre jóvernes. Yo me siento así. Cumplo años, físicamente soy más vieja, pero me siento igual que cuando tenía 20 años. Sigo siendo la misma, con más aprendizajes incorporados, con más experiencias vividas, con más pesares y alegrías, pero la misma.
domingo, 22 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Recuerdo esta imagen, siempre me gustó, claro, seguro que es lo que te hace recordar con mayor intensidad el paso del tiempo. Saludos...
Es mi sobrino. Me gusta pintar escenas de agua, arena y sol. Sin duda, viendo crecer a los niños, percibes la carrera del tiempo.
Ya lo sabía! De ahí mi comentario. Saludos,
Publicar un comentario