lunes, 6 de julio de 2009

Seguir o parar


Estoy en un punto en el que no sé qué debo hacer. El cuadro me gusta, va bastante bien. No sé si retocar los ojos. Es posible que consiga mejorarlos, pero también es posible que los estropee. Es el gran dilema: arriesgar para mejorar o dejarlo cómo está, auçun perdiendo mejoras. Otras veces, está claro, lo ves. Pero esta vez, no lo veo. Pienso sobre el cuadro, pienso en la construcción ósea de la cara. Pero aunque piense, sé que mis ojos están hechos a él. Seguro que hay detalles que no logro ver, aunque el cuadro los muestre. ¡Gran metáfora de la vida misma!


Ya se lo contaré al ciberespacio en la próxima entrega de martes.

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